martes, 8 de octubre de 2013

Volverse a casar suma complejidad al cuidado de cónyuges con Alzheimer


martes 8 de octubre de 2013 13:17 CEST


 


NUEVA YORK (Reuters) - Las relaciones negativas con los hijastros aumentaría la sobrecarga emocional de las mujeres que están cuidando a su esposo con Alzheimer u otro tipo de demencia.

"Aprendimos de las mujeres que estudiamos que las que más diferencias de opiniones tienen con los integrantes de las familias ensambladas sobre los cuidados de sus esposos perciben que la carga emocional y la depresión asociada con esos cuidados es mucho mayor", dijo la autora principal, Carey Wexler Sherman, del Instituto de Investigación Social de University of Michigan.

Datos de la Oficina del Censo de Estados Unidos indican que un tercio de los matrimonios estadounidenses son el segundo para al menos uno de sus integrantes. Los divorcios entre los mayores de 50 se duplicaron entre 1990 y el 2010.

La Asociación de Alzheimer, que financió el estudio, estima que casi el 5 por ciento de la población estadounidense (más de 15 millones de personas) está cuidando a un paciente con demencia.

El equipo de Sherman se concentró en las mujeres de segundos matrimonios mayores (después de la edad reproductiva); reunieron a 61 "cuidadoras" que se volvieron a casar. Tenían unos 66 años de media y, entre el 2008 y 2010, respondieron cuestionarios sobre sus redes sociales, niveles de depresión y sobrecarga de actividades.

La mayoría era blanca, de clase media y el 85 por ciento se había divorciado antes de volverse a casar; el resto había enviudado. El segundo matrimonio ya llevaba unos 17 años; un cuarto, 10 años o menos.

El equipo le pidió a las mujeres que dibujaran sus redes sociales y ubicaran a sus allegados en tres categorías: "red social", "red positiva" o "red negativa", con una pequeña superposición.

La familia y los amigos dominaban la red social y las categorías positivas. Más de la mitad de las participantes incluyó a un integrante de la nueva familia dentro de su red "positiva".

Pero, con el 35 por ciento, los hijastros representaron en mayor proporción lo que las esposas consideraron un grupo "negativo" asociado con los cuidados de sus esposos.

En dos tercios de las categorías de las redes sociales de las cuidadoras no aparecieron los hijastros y las mujeres mencionaron que los hijastros adultos y otros integrantes de las nuevas familias eran más propensos a cuestionar las decisiones asociadas con los cuidados, proporcionaban consejos no deseados, interferían o criticaban.

Las quejas más comunes de las participantes incluían a los hijastros (que no participaban del proceso de cuidados o se comprometían a ayudar, pero nunca lo hacían). Algunas participantes describieron conflictos familiares importantes con los hijastros adultos y otros familiares por el dinero, la herencia o las decisiones médicas.

En el 2010, la tasa de matrimonios en hombres de 65 años o más era de 12 por cada 1000, mientras que en las mujeres de la misma edad era de apenas 2 por cada 1000, informó el Centro Nacional para la Investigación de la Familia y el Matrimonio.

Los autores señalaron que el estudio es pequeño y opinaron que los próximos deberían incluir un seguimiento más prolongado a una muestra de cuidadores más representativa de la diversidad poblacional.

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